domingo, 11 de febrero de 2007

MARIE ANTOINETTE

Atrás quedan los pasillos, las habitaciones y el bar de un lujoso hotel de Tokio. Ahora estamos en Versalles, aunque el personaje principal es otra adolescente encerrada entre adultos antes de tiempo. Cambia el espacio y la época, pero no la banda sonora. Pop de ahora y de siempre retumba entre los jardines de palacio, como si esta pirueta musical llevara el filme al terreno de la trasgresión. El resultado, sin embargo, es un filme que no va más allá del retrato plano de una jovencita perdida en Versalles.
Tom Courtenay

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