sábado, 17 de octubre de 2009

ALEJANDRO AMENÁBAR

No caer en tópicos cuando se habla de Amenábar es muy difícil, pues hablamos de un realizador muy transparente, muy predecible, muy técnico. Un diagnóstico muy sencillo.

Pero con su promiscuidad en cuanto géneros y sus moralejas, Amenábar parece querer decir que no quiere ser un simple virtuoso, quiere ser un artista, un autor. Pero se equivoca de camino.

No se es un autor por defender una tesis, no vale decir “uso el cine para trasladar un mensaje”. Eso no vale para nada, te convierte en un ensayista, un fabulador, un moralista... pero ser todo eso no implica necesariamente ser algo más que un técnico, un técnico con opinión.

Ágora está muy bien hecha, se entiende muy bien, es entretenida, pone encima de la mesa un discurso muy bien articulado y muy ordenadito. Pero ¿quién es Amenábar?

¿Quién eres, Amenábar? Entiendo muy bien lo que dices, adivino lo que te gustaría ser, pero no tengo ni idea de qué clase de cosa eres.

Anomia

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