Lamentablemente sin obstáculos la creatividad se queda sin alimento, cualquier intento de expresarse se convierte en una divagación apática, una obscenidad que se ahoga al no dar a basto respirándose a sí misma.
Por suerte hay quién sabe que los obstáculos a los que debe enfrentarse la imaginación no son las limitaciones técnicas, sino en el compromiso con uno mismo y con aquello de sí mismo que quiere volcar en los demás.
Anomia
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