domingo, 6 de enero de 2008

LAST DAYS

Un objetivo ambicioso y unas armas quizás demasiado obvias.
Un cínico diría que aburrir durante dos horas no es suficiente para conseguir que el espectador asuma emocionalmente la desidia que lleva al suicidio. Yo no me aburrí, pero confieso que tampoco me asusta la indiferencia que me produjo el drama, pues entiendo que dicha indiferencia no es la de los protagonistas, aunque lo pueda parecer, si no la que apasiona al autor, y esa, desgraciadamente, queda lejos de mi área de afectos.
Anomia

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