sábado, 17 de marzo de 2007

DAVID LYNCH

Alguien ha vivido una historia que merece ser contada, pero nadie te la va a contar. No sabrás quién es, ni dónde vive, ni su edad, ni su trabajo, ni si es hombre o mujer. Nadie te explicará lo que le gusta o lo que le disgusta, ni sus metas, ni sus miedos, y no sabrás nada de lo que le ha pasado. A cambio podrás ver, en una pantalla de cine, una de sus pesadillas. Es un buen trato.
Anomia

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me atrae una historia que no me conduce a nada, sin contar que tres horas de metraje me parecen un abuso. De nuevo dudo del potencial de una obra sin el nombre de su autor visible y no dejo de asombrarme cuando leo sus excelentes críticas.