Un relato puro de un reto imposible encarado con una emocionante sencillez, una prudencia consciente de las propias limitaciones y una sapiencia risueña.
Y un relato de meditación sobre el relato, un intento de aprehender el intento de aprehensión en un ejercicio reflexivo fundamental en el arte que se convierte, asimismo, en arte.
La lucha entre realidad y conciencia se resuelve en una actitud posible: la de un artista que la quiere, la respeta y la vive con una intensidad tal que necesita hacerla suya, pero que alberga la suficiente sabiduría como para, en ese deseo, no olvidar que el placer está en vivirla.
Anomia
2 comentarios:
Me parece una reseña tan certera que ya, vamos... Ya ni quiero ver este filme, mira lo que te digo.
¡Membrilloooooooooooooooooooooooooor!
el placer está en vivirla
Publicar un comentario