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Las profundas arrugas del silencio de un vinilo, unos pies que empiezan a mezclarse con la arena húmeda de una playa gris, deslizar suavemente las manos sobre una trompeta que brilla cálida, recién usada. Resbalar el jazz con rotulador sobre papel fotográfico.
La tinta fluye negra y espesa, el tiempo fluye negro y espeso.
Cubre los rostros, las miradas:
las deslumbra, las abrasa.
Carbón y, depués, nada. Negro.Anomia
3 comentarios:
Tengo un libro de Bruce Webber. Fotografías de cachas rubicundos en pose atormentada. Inverosímil. Fabricante de arquetipos insulsos, "el bello y la tragedia", todo falacia.
Me alegra pensar que un estilo se impone, aunque Anomia no deja su lado más racional y crítico, a veces, juega con la poesía. Me encanta esta entrada.
No había otro camino en esta ocasión. Agradecido.
Anomia
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